Comentario
(1) Los angloamericanos tuvieron 77.000 bajas (9.000 eran muertos) y habían perdido 733 carros y 600 aviones. Los alemanes contabilizaron 81.000 bajas y perdieron 600 blindados y 300 aviones.
(2) Además de los presentes, Francia y China, introducidos en el club por Gran Bretaña y USA, respectivamente.
(3) Se supone que las cifras fueron minimizadas por todos. Primero por los alemanes, para no activar más el pánico; luego, por los aliados, estremecidos por la barbarie del caso.
(4) El grupo de Ejércitos Vistula contaba con 37 divisiones no muy completas.
(5) Los aviones angloamericanos no volverán a Berlín después del día 16 de abril de 1945.
(6) Los ejércitos que quedaban en el norte de Italia y Austria sumaban 600.000 hombres; 400.000 había en Noruega; 200.000 en Kurlandia (Letonia). Cifras menores había en Dinamarca, Corintia, Estiria, islas frisonas y Hefgoland, Holanda, Dunkerque, islas normandas, Lorient, Saint Nazaire, La Rochela, islas del Dodecaneso, Rodas y Creta. En Alemania había casi un millón de soldados, una cifra similar en Checoslovaquia y unos doscientos mil en Yugoslavia.
(7) Wenck había librado afortunados combates defensivos durante todo el mes de abril frente a los norteamericanos en la línea del Elba. Cuando Berlín fue cercado por las tropas soviéticas, Hitler le ordenó romper el cerco de la capital desde el exterior.
Wenck, en un desesperado esfuerzo, alcanzó los arrabales de la capital, pero incapaz de avanzar más se atrincheró en espera de las fuerzas del general Busse. Este recibió la orden de Hitler de sostenerse en el Oder, con la lógica consecuencia de quedar cercado. Luego, con muchos millares de civiles junto a sus tropas, montó una bolsa ambulante que se deslizó lentamente hacia el oeste rechazando los ataques soviéticos, hasta que logró alcanzar las líneas de Wenck, cuando unos soldados apenas si eran capaces ya de andar.
(8) En el caos de las comunicaciones alemanas, el almirante no sabía que a esas horas los Ejércitos III y XXI a los que trataba de salvar estaban atravesando las líneas inglesas. Montgomery negociaba duro para conseguir rendiciones inmediatas, que le permitieran mejorar sus posiciones y atrapar el máximo botín de guerra posible, evitando que cayera en manos soviéticas.
(9) Tras la firma, los mandos soviéticos, que estuvieron mucho más campechanos que Eisenhower en Reims, ofrecieron una comida a la delegación alemana. Keitel, a su regreso a Flensburgo, hizo constar que el caviar y el champán habían sido de la mejor calidad.
(10) No confundirle con Hans Frank, el verdugo de Polonia, ajusticiado en Nürenberg.
(11) El general Vlassov, apresado por los alemanes al comienzo de la campaña de Rusia; era un convencido anticomunista que proyectó levantar un ejército de un millón de hombres para combatir a Stalin. Los alemanes colaboraron con desgana en este proyecto y el ejército de Vlassov apenas si logró dos divisiones; una de ellas, la primera división del general Buniachenko, luchó contra los alemanes en Praga, aunque luego colaboraría con ellos en su retirada. Las gentes de Vlassov, con sus jefes y oficiales, fueron entregados por los aliados a los rusos. Se calcula que el 90 por ciento fue ejecutado o murió en los campos de concentración siberianos.
(12) Se trata de la línea de demarcación, trazada sobre el río Bug, que lord Curzon, Secretario entonces del Foreign Office, propuso al Consejo Supremo después de la Primera Guerra Mundial como frontera oriental de Polonia. El Consejo la aceptó el 6 de diciembre de 1919. Las tropas polacas deberían retirarse hasta la línea Curzon después de firmarse el armisticio en la guerra polaco-soviética. Se establecía de acuerdo con el criterio de las nacionalidades. Se estableció, luego, por un tratado bilateral entre la URSS y Polonia: el de Riga, en 1921.